En algunos sectores de la ciudad, se acumulan grandes montículos de desechos tecnológicos, estos materiales se reconfiguran en estructuras complejas, teniendo la capacidad de desempeñar muchas de las funciones básicas de la vida, estos organismos emergen como nuevas formas de vida artificial que se adaptan y evolucionan parasitando los entornos urbanos.
El proyecto conformado por 6 especies de robots autónomos, fue desarrollado por el artista Gilberto Esparza junto a un equipo multidisciplinario de colaboradores.
Las seis especies fueron construidas con materiales reciclados procedentes de tecnología de consumo. Los últimos años han sido liberados en el hábitat urbano, permitiendo su interacción con el medio y los habitantes de la urbe Algunos de estos parásitos se alimentan robándose la energía del tendido eléctrico de la ciudad.
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